La gran cuestión era saber si podríamos pasar la frontera de Vietnam a través de Diem Bien Phu. Si no era así, teníamos que regresar a Hanoi (a 9h de bus) y después tomar otro bus de 12h para Vientiane. Fuimos a la frontera un poco inquietos pero pusimos nuestra mejor cara y pasamos al Laos sin ningún problema!
Fue hacer unos pocos kilometros para notar la diferencia entre los dos países. Laos está mucho menos desarrollado que su vecino Vietnam, y eso se nota sobretodo en las carreteras. Al ser una frontera poco concurrida, no sabíamos exactamente hacia donde íbamos. No teníamos demasiadas referencias. Sabíamos que era el mejor trayecto para dirigirse a Luang Prabang, pero no sabíamos que nos encontraríamos entre la frontera y esta ciudad. El autobús paró al cabo de unas 4h al lado de un río. Al otro lado teníamos Muang Khua, pueblecito construido a la ladera de una colina y que para llegar a él tienes que cruzar un río. No hay carretera. El pueblo fue una gran sorpresa. Tranquilo, bonito y con la gente siempre con una sonrisa. Teníamos la opción de irnos después de la llegada de nuestro bus pero decidimos quedarnos y disfrutar del pueblecito un poco más. En realidad, en un primer momento queríamos ir directamente a Luang Prabang, pero la región del noreste de Laos nos enamoró. Nos encantó Muang Khua, pero el que nos enamoró fue Muang Ngoi, otro pueblecito, menos desarrollado que el anterior, al que llegamos después de 4h de barco. No hay posibilidad de llegar por carretera.
Cruzamos la frontera y llegamos a Laos!! Muang Khua, primera parada y primera sorpresa.
Embarcadero de Muang Khua.
Muang Ngoi es uno de los lugares más bellos que nos hemos encontrado en nuestro viaje. Pueblo pequeño, de una sola calle, con todas las casas de madera, rodeado de montaña y con una salida al río que ofrece unas vistas increibles. Dos días nos quedamos allí y pudieron ser más. No había muchas cosas por hacer, solamente pasear por los alrededores donde te podías perder fácilmente entre colinas, montañas y campos de arroz. Todo de una gran belleza.
Llegando a Muong Ngoi.
La calle principal (y única).
Vista que teníamos desde el balcón de nuestar cabaña. Belleza increible...
Paseando un poco alrededor de Muang Ngoi...
Como digo, nos costó salir, pero teníamos que ir avanzando. Avanzar significaba navegar. Continuamos descendiendo el río hasta que el culo dijo basta y nos tomamos un bus que nos dejó en la segunda "capital" de Laos, Luang Prabang. Por todos lados encuentras información y recomendaciones sobre Luang Prabang. Todo el mundo nos decía que teníamos que ir. Había ganas para saber qué te encuentras en Luang Prabang. La respuesta es fácil: templos!!!! Templos por todas partes... Ser la segunda ciudad en importancia del país no significa ser una gran ciudad. Luang Prabang es una ciudad pequeña e instalada en la confluencia del Mékong con uno de sus afluentes. Se desarrolló mucho durante la época colonial francesa y te das cuenta en seguida porque todo el centro de la ciudad mantiene aún arquitectura colonial. También es la ciudad tendencia... Hay buenos hoteles, buenos restaurantes, tiendas de souvenirs y un mercado de noche exclusivamente diseñado para los guiris. Por cierto, en el mercado de noche, hay una zona donde sirven la mejor comida que hemos probado en Laos. Es un callejón donde se instalan pequeñas paraditas donde cocinan pescado y carne a la brasa y que acompañada de una de las mejores birras asiáticas (y tal vez la más famosa), la Beerlao, hacen que sea necesario repetir la experiencia cada noche. Ah, por cierto, no se si lo había dicho, en Luang Prbang también hay... templos! Templos budistas. Decenas de ellos. Grandes, pequeños, renovados, destruidos, con mas o menos estupas (montículos religiosos) y con más o menos monjes (alrededor de los templos es donde los monjes viven y siguen su educación). Eso sí, todos ellos bellos. Bajo un sol abrasador pasamos un par de días descubriendo Luang Prabang. Paseando cuando el calor nos dejaba, yendo un poco en bici y sobretodo comiendo bien. Una buena combinación. También tuvimos tiempo de refrescarnos en las cascadas que se encuentran a unos 35km de la ciudad. Por cierto, un nuevo encuentro en el viaje. Ramón, antiguo compañero de clase de Perelada y unos amigos que se encontraban paseando por Laos. El mundo es un pañuelo...
Luang Prabang y su Mékong. Los techos dorados que vemos en la foto son algunos (pocos) de los templos.
Paseando en bici por el centro de LP.
Templo principal de Luang Prabang con el àrbol de la vida.
Los monjes saliendo a recoger la comida que la gente les da... a las 5h de la mañana!
En Luang Prabang vino la gran pregunta laosiana. ir o no ir a Vang Vieng. Alguien ha oído hablar del Tubing?? Nosotros sí, bastante... Para los que no saben lo que es, se trata de bajar por un río con una cámara de neumático de coche parándose en unos bares que, casualidades de la vida, han ido proliferando a ambos lados de dicho río para calmar la sed a base de bebida isitónica (Beerlao y jugos a base de malta y caña de azúcar). Todo ello acompañado de la flor y nata de la sociedad anglosajona y australiana con un nivel etílico que haría callar a Bukowski. Apetecible???
Después de pensarlo un poco, decidimos que ya que habíamos compartido momentos con diferentes comunidades indigenas y visitado alguna que otra tribu, porqué no analizar a los individuos del tubing? Solo como estudio antropológico, claro... En fin, nos fuimos a Vang Vieng, nos metimos al río con nuestro "tube" , nos paramos en algunos puestos de reposo y terminamos mucho mas bien que mal. Tubing realizado. El reporte completo lo publicaremos en el National Geographic del semestre que viene. Éxito total.
Lucie y Oriol en pleno estudio antropológico.
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