Le charmant nord touristque

Après 10h d'Open Bus de nuit, nous voila à Hanoi, la capitale du Vietnam! Là nous avons eu la chance d'être accueillis par Aurélia, qui travaille au Vietnam depuis quelques mois et de loger dans un quartier un peu excentré, beaucoup plus tranquille que le quartier ancien des 36 rues où historiquement chaque corporation de métier occupait une rue... la rue des fleuristes, la rue des coiffeurs, les rues des bouchers, des boulangers... sympa dans l'idée, mais pas très pratique pour faire ses courses!

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Le centre de Hanoi avec deux de nos touristes.

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Vietnam sans ses chapeaux c'est comme une journée sans soleil!

Le trafic à Hanoi est tout simplement hallucinant... avec le développement économique, les motos ont remplacé les vélos, il y en a par milliers dans toutes les rues et ruelles à n'importe qu'elle heure du jour et de la nuit. Et qui dit moto au Vietnam, dit klaxonne à gogo... des coups de klaxonne dans tous les sens!
Quelques jours dans la capitale nous ont permis de visiter le centre, les parcs et lacs de la ville, le très beau temple de la littérature (en hommage aux lettrés et aux mandarins) et le superbe musée d'ethnographie (inauguré en 1997 par Jacques Chirac lui même!).

Viaje al centro de Vietnam

De HCMC tomamos un bus mañanero para ir a Dalat, en las montañas situadas a unas 5 horitas hacia el noroeste de la capital. Dalat es una ciudad construida alrededor de un lago y rodeada de campos de cultivo. Hace fresquito y los vietnamitas lo han convertido en su huerto particular. Además, resulta que incluso hacen vino!!! Bueno, lo del vino es una historia... Después de informarnos un poco más, resulta que la uva la cultivan cerca de la costa y luego la traen a Dalat para la producción vinícola. Una trampita pero es para conservar la importante (y única) denominación de origen Dalat. La calidad? Bueo, no mata a nadie, pero es de Vietnam!!!




Vista de la zona de Dalat.

En Dalat, desde hace ya un tiempo han ido surgiendo unos personajes curiosos, los easy raiders. Los easy raiders son tipos que con su propia motillo se proponen como guías para visitar los alrededores de la ciudad. En realidad, cualquier tipo con una moto es un easy rider en Dalat, y nada más llegar ya teníamos a la infanteria de easy riders pidiéndonos que los contrataramos para la jornada. Al final, uno de ellos nos pareció simpatico y decidimos, viendo que éramos tres, contratarlo a él y a su motillo para pasear por Dalat. Dos iríamos en una moto alquilada y el tercero de paquete con nuestro easy rider. Esta opción resultó genial pues pasearse por los caminos de Dalat es complicado (hay un montón de carreteras y no sabes donde conducen... ni con un mapa). Visitamos algunas pagodas, una família que producía su propio vino de arroz (y que nos encantó!!), una fábrica de seda, cascadas y la Crazy House, una casa diseñada por la hija de un expresidente de Vietnam y un poco excéntrica. La casa es crazy, crazy, y al inicio, cuando dije que venía de Barcelona, nos dijeron que era de un estilo gaudineano. Para mi le falta como un poquitín (como la distancia de la Tierra a la Luna, aproximadamente) para parecerse a la Sagrada Família, pero sobre gustos... Por cierto, una de las mejores experiencias de la jornada, el papeo! Nos paramos a comer en el restaurante de un compi del easy rider y nos pusimos las botas!! Brutal...

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Nuestro easy rider con su paquete, Paul.

En el hotel de HCMC

Al regresar del Delta del Mécong a Ho Chi Minh City, fuimos directos al hotel donde habíamos estado anteriormente. Allí habíamos dejado las maletas y no queríamos ir a buscar otro alojamiento, ése estaba bien: bueno, bonito y barato. Sólo queríamos pasar una noche, pero no fue todo tan sencillo...

Casi una semana antes, cuando llegamos tarde por la noche a HCMC, tomamos un taxi del aeropuerto que nos dejó en el centro de la ciudad, en la zona de mochileros. Estabamos cansados y con pocas ganas de buscar hotel así que nos dijimos que al encontrar uno que estuviera bien, allí nos quedábamos. Al tercer hotel que visitamos, el señor de la recepción bien amablemente nos ofreció una habitación en su hotel por 10 dólares cuando las demás estaban a 15. El hotel estaba bien (mejor que los de alrededor), el precio también (igual que el de los de alrededor) y la habitación también (muy limpia, cama grande, tele, frigorífico, cuarto de baño, agua caliente con mucha presión) aunque con un pequeño detalle: el techo era muy bajo, de unos escasos 1,95m de altura. Como al final en la habitación estas poco tiempo, estábamos cansados y la habitación estaba bien, nos la quedamos y pasamos 4 noches.

Como comentaba al inicio, al regresar del Delta fuimos al mismo hotel. Esta vez, en lugar del señor amable, había una chica que no habíamos visto. Queríamos una noche más, así que pregutamos si tenía habitaciones para nosotros. La respuesta fue magnífica: Sí, tenemos de 8, de 10 y de 12 dólares. Quéeeeeeeeeeee??!?!?!?!?! Algo no iba bien... Le pedimos que nos dijera cuál era la de 8 dólares y nos contestó que era la habítación donde habíamos pasado las noches anteriores. Evidentemente (y un poquito cabreados) contestamos que no, que nosotros habíamos pagado 10 dólares y que nos dijera qué estaba pasando. La señorita, que parecía no creernos y nos enseñó los libros contables donde aparecía escrito que habíamos pagado 8 dólares por la habitación. Allí fue cuando se descubrió el pastel. Nosotros no teníamos dólares, habíamos pagado lo equivalente a 10 dólares pero con moneda local y alguien (vamos a llamarle el señor del primer día) habia apuntado 8 USD quedándose con los 2 USD restantes en monedita local para su bolsillo. La chica resulta que era la propietaria del hotel, y ante tanta confusión y, suponemos, al ver que sus empleados la estaban timando, nos dijo que por favor, nos quedáramos en el hotel y que ella se encargaba de solucionarlo. Nos quedamos un poco a regañadientes y subimos a la habitación. Al cabo de 5 minutos, la gran sorpresa!! Alguien llama al teléfono. Quién? El señor del primer día... Nos suplicaba que no dijeramos nada a la jefa, que él venía en el turno de noche y nos devolvía el dinero, que podia perder el trabajo, que blablabla... Brutal!! De película italiana...Al final le dijimos que nosotros no diríamos nada pero que se encargara de devolvernos la plata si no, a la calle! Nos fuimos a cenar y al regresar al hotel nos esperaban la propietaria y el señor de la primera noche al lado, con media sonrisa en la boca y cara de pánico. La señora nos comenta que en realidad habíamos olvidado que el señor nos había pagado el taxi del aeropuerto y que por eso había la diferencia de precio y nosequemas. Se había tragado la excusa del empleado!!!!! Icreible... Los miramos a los dos con cara de pocos amigos y sin decir ni una palabra nos fuimos a la habitación. 5 minutos después el señor nos había devuelto el dinero y a la mañana siguiente nos fuimos del hotel sin decir nada pensando si alguien tenía que llamar la atención al tipo ésa tenía que ser la propietaria, que suficientes explicaciones le habíamos ya dado para que se diera cuenta que le estaban tomando el pelo. Aunque si pensamos que se había tragado la excusa del tipo, seguro que en un par de meses la de la limpieza va a ir a trabajar con un mercedes nuevo.

Good Morning Vietnam!

Nos despertamos en Ho Chi Minh City, la "capital" del sur del Vietnam antiguamente llamada Saigón.
En seguida nos dimos cuenta que Vietnam no era como los otros paises que habíamos visitado, o, al menos, Ho Chi Minh City no era como las capitales que habíamos visto. Calles anchas, edificios un poco kitch pero más o menos bien terminados, mucho tráfico pero con cierta organización, calles con tiendas agrupadas según gremios o tipos de mercancías, en fin... que dentro de la anarquia asiática había un equilibrio.
Teníamos que esperar a Paul, un amigo de Lucie que se nos juntaba al cabo de cuatro días para descubrir Vietnam con nosotros, así que el primer día lo dedicamos a la visita de la city y a organizar alguna salida por los alrededores para los días siguientes. Salimos del hotel y fuimos a visitar lo que nos ofrecía HCMC: el mercado central donde empezamos a ver que eran profesionales de las imitaciones (aunque según ellos, todo era original "made in Vietnam"), los poquitos restos coloniales que quedan y el Museo de la Guerra. Este museo te informa de los eventos que ocurrieron y dieron lugar a la famosa guerra del Vietnam. Eso sí, desde una óptica un poco... especial. Basta decir que antes el museo se llamaba Museo de los Crímenes de Guerra Americanos... jejeje... un poco de propaganda para ir tirando... Igualmente muy interesante... y duro! Las fotos de los afectados por el agente naranja no dejan a nadie indiferente. Y evidentemente empezamos a descubrir una de las joyas vietnamitas, la cocina! mmmm... El Pho (caldito con fideos) de HCMC es espectacular.

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Callejón al lado del mercado central. Todo tranquilito incluso a hora punta.

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El edificio de Correos de HCMC. Arquitectura colonial francesa con una "touche" de estilo vietnamita