Nos despertamos en Ho Chi Minh City, la "capital" del sur del Vietnam antiguamente llamada Saigón.
En seguida nos dimos cuenta que Vietnam no era como los otros paises que habíamos visitado, o, al menos, Ho Chi Minh City no era como las capitales que habíamos visto. Calles anchas, edificios un poco kitch pero más o menos bien terminados, mucho tráfico pero con cierta organización, calles con tiendas agrupadas según gremios o tipos de mercancías, en fin... que dentro de la anarquia asiática había un equilibrio.
Teníamos que esperar a Paul, un amigo de Lucie que se nos juntaba al cabo de cuatro días para descubrir Vietnam con nosotros, así que el primer día lo dedicamos a la visita de la city y a organizar alguna salida por los alrededores para los días siguientes. Salimos del hotel y fuimos a visitar lo que nos ofrecía HCMC: el mercado central donde empezamos a ver que eran profesionales de las imitaciones (aunque según ellos, todo era original "made in Vietnam"), los poquitos restos coloniales que quedan y el Museo de la Guerra. Este museo te informa de los eventos que ocurrieron y dieron lugar a la famosa guerra del Vietnam. Eso sí, desde una óptica un poco... especial. Basta decir que antes el museo se llamaba Museo de los Crímenes de Guerra Americanos... jejeje... un poco de propaganda para ir tirando... Igualmente muy interesante... y duro! Las fotos de los afectados por el agente naranja no dejan a nadie indiferente. Y evidentemente empezamos a descubrir una de las joyas vietnamitas, la cocina! mmmm... El Pho (caldito con fideos) de HCMC es espectacular.
Callejón al lado del mercado central. Todo tranquilito incluso a hora punta.
El edificio de Correos de HCMC. Arquitectura colonial francesa con una "touche" de estilo vietnamita
Sí, es el de las pelis! Yo cada vez que lo veo oigo en mi cabeza la Cabalgata de las Valkirias de Wagner.
Calma y sosiego en la capital del sur... Por cierto, que HCMC esté lleno de motos no implica que no se pueda uno cascar una siesta.
También empezamos a darnos cuenta que Vietnam es un país muy turístico. Quizás el más turístico que hemos ido. Hay miles de agencias de viajes que proponen los mismos tours a hacer. Veíamos que salir de los senderos turísticos iba a ser complicado, pero acababamos de llegar y no era plan de estresarse así que para la visita de los míticos túneles de la guerra pillamos uno de esos tours. El tour incluía dos "actividades": visita a la catedral de la religión caodaista y los túneles de Cu Chi. Los caodaístas son los seguidores de una religión que se creó hace unos 150 años y que es un mix de cristianismo, budismo y confucionismo. El templo que tienen parece salido de Disney World con los colorines y las figuritas de dragones y demás animalitos, pero no deja de ser una interesante visita. El objetivo es que la gente conozca la religión y que se "apunte" si quiere... Bien organizado, eso sí... Después del templo, tocó el turno de los túneles. La experiencia fue menos romántica de lo que esperábamos. Íbamos por grupos de unas 15 personas, con nuestro guía y un soldadito vietcong que nos acompañaba y nos iba metiendo prisa todo el rato porque otros grupos venían detrás. Para que os hagáis una idea, el 50% de la visita son trampas y objetos utilizados para destripar y aniquilar a americanos en la selva, el otro 25% es un video del año 60 o 65 (y que necesita una remasterización urgentemente) que cuenta lo valientes que eran hombres y mujeres norvietnamitas y cómo debían de luchar contra el enemigo infernal americano, el 20% restante era el paseo por un túnel que se ha ampliado para los turistas y donde yo no cabía ni de rodillas (joer lo pequeños y puteados que eran los vietcongs de la época); y el 5% restante era para los que quisieran experimentar la sensación de disparar alguna de las metralletas utilizadas en la guerra (kalashnikov, M16, peasometralletaamericanaquetecagas, etc...). Lo mejor de la visita, que al acabar el video propagandístico antiaméricano, el fondo de pantalla que quedó en la televisión era la marca del DVD utilizado: en letras bien grandes, CALIFORNIA, grande... No entendimos porque el guía se molestó cuando todos nos pusimos a reír. Él era del sur, perdió la guerra y nos parece que cada vez que visita los túneles la úlcera del estómago se le hace más grande.
El templo caodaista por fuerta y en technicolor
Vista de dentro. Colorines y dragones por todos lados combinados con ojos, nubes en el cielo y otras figuras. Qué bello es el mundo!
Escondite vietcong. Pequeño... muy pequeño... (para info, esta foto la tienen todas las agencias de HCMC, pero con otro sujeto/a, claro...)
Uy!!! Qué oscuro está estooooo!!!!
Paul llegaba muy temprano por la mañana y decidimos, para que no estuviera muy cansado, ir a visitar el delta del Mécong con otro de estos tours para simples de espíritu. Dos días paseando con un barco por el delta y durmiendo en algún hotel de la zona. Al final fueron más horas de bus que horas de barco, pero en fin, nos paseamos un poquito por el Delta, visitamos un par de mercadillos flotantes y una casita donde hacían papel de arroz (sirve para los rollitos de primavera y para hacer fideos). Esperábamos que la visita del Delta fuera un poco más rural, pero en realidad el Delta está bastante desarrollado y los circuitos organizados pasan lejos de los pueblitos más auténticos...
El Delta del Mekong
Un mercado flotante típico del Delta.
Estilo de navegación típico de la zona.
Volvimos a HCMC para pasar solamente una noche y organizar la salida hacia el centro de Vietnam. En el hotel nos esperaba una sorpresita que necesita un post para explicarse... muy buena...
No hay comentarios:
Publicar un comentario